martes, 6 de diciembre de 2011

CEREBRO Y FOCUSING

Dedicado a Josep y Mentxu.


Llevo unos meses interesado por el focusing. Una técnica de autoconocimiento que desarrolló Gendlin. Consiste en buscar y trabajar con una sensación sentida, una información de cómo te encuentras con un tema que no te proporciona tu cerebro si no tu cuerpo(disculpar, ya se que es una definición para andar por casa). Estoy encantado con una técnica que me permite hablar de sentimientos, algo que en mi trabajo es prácticamente imposible. Así que estoy aprendiendo sobre mi cuerpo, mis sentimientos y, de rebote, de otros. Estoy encantado con el ambiente que se respira en las sesiones de trabajo.

Hay un tema que me llama mucho la atención. Se habla mal del cerebro con bastante frecuencia. Parece el gran enemigo. El racionalizador que manda callar al cuerpo, la grabadora de la que proceden los mensajes destructivos que recogemos y luego nos repetimos... hasta dejar la autoestima hecha fosfatina.
Solo señalar algunas puntualizaciones:
- el cerebro, aunque se olvide, forma parte del cuerpo. Recibe toda la información del exterior y del cuerpo a través de este último
- el focusing, como toda teoría, es hija de su tiempo. Desarrollada en los cincuenta y sesenta, la información que hoy poseemos del cerebro es mucho mayor
- la sensación sentida se transmite a través de las redes neuronales y llega al cerebro,
- existe un cerebro emocional que trabaja con el racional. Cuando las "ideas" llegan al neocortex lo hacen empapadas de emoción. No existen las ideas racionales puras.

Me gustan los postulados del focusing. Me parecen sensatos y útiles. Nos dan acceso a un mundo interior muy rico y sorprendente. No es necesario denostar al cerebro. Este puede colaborar siempre que le enseñemos a esperar. No quedarnos con las primeras ideas y sensaciones al hacer focusing. Pero no es fácil decir al cerebro espera y busca... aunque no encuentres o lo que encuentres te sorprenda.
Besos y abrazos.