lunes, 29 de octubre de 2012

Unos buenos amigos, mientras comíamos en un restaurante oriental (un chino, para entendernos) me han regañado como lo hacen los buenos amigos: con cariño y con cuidado. "Tienes un poco descuidado el blog". Sí, es cierto. Así que hago una reflexión sobre la gestión del tiempo, esperando que lo lean y no me regañen.

Llevo unos días un tanto desbordado de cosas que hacer. El problema es que no son tantas pero con esto de la famosa crisis y la bajada de actividad, cuando sufro un repunte de trabajo me entra cierto estrés y confusión. Confías en la habilidad de tu parte límbica para ir sacando temas. Lo haces con el piloto automático; muchas veces salen bien las cosas y otras veces vives "tirando de las rentas". Creas algo de lo que te sientes contento o te dedicas a sobrevivir... y gracias.

Me gusta creer que pienso y luego actúo. Me he tomado un descafeinado mientras hacía un mapa mental antes de ponerme a redactar esta entrada. Me gusta mucho elaborar, reflexionar... y luego actuar. Tardo en arrancar pero me gusta pensar que mis primeras versiones son buenas. Mejorables, claro, pero buenas. Si pienso bien, trabajo bien. Pero hay días que no es fácil encontrar el tiempo y, en mi caso, sobre todo, la serenidad y concentración para pensar y elaborar. (Ya me he apuntado a un curso de Mindfullness).
La tendencia actual es todo lo contrario. Hazlo y mejóralo, metodología "scrum", planificar sobre la marcha... Mi experiencia es que luego da mucha pereza mejorar algo que no está mal.

Para la gente de hemisferio izquierdo la gestión del tiempo es un problema técnico. Una buena agenda, distinguir lo urgente de lo importante, un teléfono con alarma y a correr.
Para los del hemisferio derecho el tiempo es una vivencia, una interpretación de cómo percibo mi tiempo. ¿Es algo a disposición de los demás? ¿Soy yo? En fin, esas dudas que te asaltan cuando trabajas con algo tan "líquido" como el tiempo.

Una recomendación, seas del cerebro que seas, introduce en tu vida las micro paradas. Quédate quieto, mente incluida, durante quince segundos unas tres veces al día. Permite que la parte cortical tome el control, de manera que tendrás más conciencia del tiempo y de lo que haces.

Acabemos, por hoy, con una de mis frases favoritas, atribuida a Buda: "El pasado es un sueño, el futuro un espejismo, y el presente... una nube que pasa".
Pues eso, besos y abrazos.