domingo, 15 de junio de 2008

REACCIONES ANTE NEUROMANAGEMENT

Me encanta hablar con los libreros, sobre todo cuando saben. Me da igual la edad pero cuando dominan su tienda o su sección son geniales. Algunos me conocen como cliente y me cuentan algunos comentarios de clientes sobre el libro. A otros les pregunto, después de identificarme, los juegos asimétricos me paracen crueles. Siempre me comentan algo del libro y trato de sacar consecuencias.
El otro día en una estación de tren, a un librero que tiene los libros muy bien seleccionados, le pregunté que por qué no encuentro mi libro. Se lo pregunté con tacto y recordando esa frase de abogados: "nunca preguntes aquello cuya respuesta temas". No se ofendió con la pregunta, algo que le agradecí. Me dijo que sí se lo habían ofrecido pero que le había sonado complicado. Seguimos charlando un rato más y me comentó que lo mismo lo pedía. Pero su respuesta no ha sido extraña. En algunos sitios me han comentado lo mismo. Que el título da un poco de miedo. No me extraña. En los cursos que doy sobre el tema invierto un buen rato en eso que llaman el ajuste de expectativas. Nadie va a leer en nuestras mentes pero sí vamos a tener más información.
Otra reacción que me encuentro es que no acaban de creerselo. "Mi mente no ínfluye en la manera en la que mando o controlo". Para esta gente el cerebro es como un músculo al servicio de la voluntad del portador. A pesar de lo que cree mucha gente que no me conoce bien a mi no me gusta discutir, Así que no trato de convencer a nadie sobre cómo funciona el cerebro.
La siguiente reacción ha sucedido en la universidad. Se desconciertan ante la mezcla de neurocultura y management. Tratan de aclararse preguntándome sobre la escuela de psicología a la que pertenezco. Por suerte mi origen es sociológico y las escuelas nos parecen menos impermeables. Incluso a algunos nos parecen insuficientes e innecesarias. Cómo ver más allá de los departamentos estancos.
Algún cliente me ha dicho:" vamos a hacer un curso porque lo das tú". Siempre estoy agradecido a estos clientes que me adoptan y se fían más de mi que del contenido. Se sorprenden ante las aplicaciones de las neurociencias en la empresa pero no suelen ser aplicaciones masivas.
Por último me encuentro con los "locos del cerebro", personas que les encanta el tema y charlamos con cierta profundidad sobre el mismo. Si son responsables de formación encargan bastantes cursos y no se sienten defraudados. He recibido elogios de algunos neurólogos y confieso que no los esperaba porque creo que mi libro es muy sencillo con respecto a lo que saben del cerebro.
En fin, reacciones de todo tipo. No estoy decepcionado aunque pensaba que la aceptación del término y sus aplicaciones iban a ser más rápidos. Seguiremos leyendo y pensando.