domingo, 26 de agosto de 2012

DIVERSIDAD CEREBRAL


Este verano me estoy dedicando a deportes de riesgo: dormir y leer.
Menos mal que unos amigos me han pedido unas reflexiones sobre la diversidad. Allí reflexioné sobre varias facetas de la diversidad, aquí quiero dar tres brochazos sobre la diversidad cerebral

Creo que hemos creado una serie de prejuicios sobre los tipos de cerebros que no ayudan en nada a la diversidad. El hecho de que exista una dominancia de hemisferio en el cerebro no impide nada. Lo que sucede es que hacemos las cosas de otra manera o con más dificultad. Parece que siempre hay que reclamar la superioridad de un cerebro sobre otro. Si quiero ser creativo pediré una dominancia derecha. Si quiero exactitud pediré una dominancia izquierda. Pero eso no significa que los otros tipos de cerebro no tengan nada que aportar.
La diversidad cerebral se tiene que dar en el entorno de los equipos Los equipos deben ser heterogéneos para ganar en diversas perspectivas. Es cierto que una sociedad diversa necesita de equipos diversos, ésa es una razón histórica que debemos tener en cuenta. La diversidad hace que los equipos tengan un desempeño superior. Por desgracia la tendencia "natural" en los equipos es la de homogeneizarse. Tienden a parecerse más; a crear una cultura y un estilo común. En muchos casos tienden a parecerse al cerebro del jefe. (Eso explica muchos problemas de gestión, ja, ja). Así que la diversidad, incluida la cerebral, es responsabilidad del jefe o de la jefa. Es la fuente de homogeneidad y debe ser la fuente de diversidad.
La diversidad de cerebros en los equipos no solo se demuestra en un momento dado: al crear o controlar algo, por ejemplo. Si no que se demuestra a lo largo de un proyecto. Si el equipo es de alto rendimiento se producirá un liderazgo "por relevos". Esa es una experiencia que tenemos los responsables de proyectos que damos espacio a los demás. El cerebro que empuja al principio del proyecto no suele ser el que afina en la finalización del mismo.
Buen final del verano y buena diversidad.

Besos y abrazos.

jueves, 2 de agosto de 2012


Se pasó julio volando y sin escribir en el blog. La verdad es que un cambio en las fechas de vacaciones me despistó un poco. También han coincidido dos circunstancias curiosas. Estoy disfrutando más de la lectura pero me he encontrado con tres libros largos. Cada cierto tiempo leo una parte de "Los Ensayos" de Montaigne. Me he metido con "Pensar Deprisa, Pensar Despacio" de Kanheman que se lee deprisa pero es largo. Con el que estoy disfrutando más es con "Paisajes del Pensamiento de Martha C. Nussbaum. Lo leo despacio, reflexionando... decía Enrique Tierno Galván: "Leer como los pollos beben, leer un poco y levantar la cabeza para reflexionar. También coincide que estoy dedicando un poco más de tiempo a pensar. Uno lee mucho pero piensa poco. He visto algunas cosas sobre el pensar que me gustaría compartir con vosotros en otra entrada del blog. Uno de los temas sobre el que he reflexionado es el de las emociones y el cerebro. A raíz de un comentario de Martha C. Nussbaum sobre aquellos autores que consideran que las emociones son "nuestra parte animal", contra su opinión que es que las emociones "son una especie de juicios y pensamientos" y, por lo tanto enteramente humanos.

En general estas discusiones me abruman porque supongo que tenemos una parte animal que sigue siendo nuestra, humana. Para algo tenemos un cerebro reptiliano. Pero parecen que mis conclusiones son una nueva victoria del cerebro sobre la parte social o interpersonal; algo que no sostengo pero que me echan en cara en cuanto tengo una charla con algún colega. Creo que el cerebro forma parte del bucle más de las relaciones que establecemos con el entorno y las personas y se ve influido por ellas; aunque vaya más deprisa que mi conciencia.
Siempre se dice que las emociones son una respuesta corporal a algo que nos sucede. Un catedrático comentó en una conferencia que "un sentimiento es una emoción pasada por el cerebro". Estando de acuerdo creo que podemos matizar más. Creo que la emoción nace en la parte límbica del cerebro, que la transmite al resto del cuerpo y que, al tomar conciencia, llega a la parte neocortical del cerebro. Esa creo que es la relación entre emociones, sentimientos y cerebro. Estoy de acuerdo con Nussbaum en que las emociones sirven para hacer juicios y tomar decisiones.
Me choca esta forma de hablar: las emociones son del cuerpo, los sentimientos son del cerebro. Insistir, una vez más, que el cerebro forma parte del cuerpo y no creo que exista una parte del cuerpo capaz de crear emociones que no sea el cerebro. Por poco romántico que suene.
Lo que sí es cierto es que apenas manejamos lenguaje para referirnos a las emociones y a los sentimientos. Somos analfabetos emocionales. Así es muy difícil distinguir si estoy aburrido o tengo hambre.
Hasta pronto.

Besos y abrazos