sábado, 5 de enero de 2013

TÚ CONTRA TU CEREBRO Y TU CEREBRO CONTRA TI

Hay muchas ocasiones, sin llegar a la locura, en las que hay que plantearse que es posible que mi cerebro no me ayude en determinados aspectos. ¿De quién es esa voz que me desanima cada vez que se me ocurre una idea un poco arriesgada? Una voz que como saben los deportistas de élite aparece en los momentos más inoportunos y es capaz de desanimar a cualquiera. Es nuestro cerebro que se ha puesto a conspirar contra nosotros. A través de mensajes claros y contundentes nos anima a fracasar. "Te vas a caer", "volverá a salir mal". "No te la mereces"... Y al final logra que no acabes de creértelo y se cumpla la profecía que se auto cumple: te caes, fracasas o te dejan.
Conozco varias maneras de callar esa voz. La meditación es una de ellas. Centrándote en la respiración puedes enmudecerla o dejar de oírla que es algo parecido. Otra es pegar la lengua al paladar. Por lo visto el diálogo interno se traduce en micro movimientos de la lengua. Si la paras, se calla. La manera más eficaz que conozco procede del Focusing. El mensaje es malo pero la intención es mala. ¿De qué te quiere proteger el diálogo interno? Traduce su mensaje, ponlo en positivo. "Te vas a caer" por "agárrate bien". "Volverá a salir mal" por "prepárate bien, ten más cuidado". "No te la mereces" por "cuida la relación". A eso se le llama "traducir el diálogo interno".
Cuando notemos que se nos disparan las advertencias internas cuidemos el mensaje y cambiemos las formas. Que nuestro cerebro no conspire contra nosotros.
Besos y abrazos