domingo, 31 de octubre de 2010

CEREBRO Y MEDITACIÓN


Mi buen amigo Alex me anima a que escriba sobre la meditación y el cerebro.Suelo ser muy estricto con los temas de neuromanagement, me gustan que estén vinculados a la empresa, así que haré un doble salto. Hoy charlo sobre meditación y cerebro y en la próxima entrada sobre meditación y empresa.
Alex me conoce bien y sabe que ambos temas me gustan: la meditación y el cerebro. En la meditación soy un aspirante a principiante. Me gusta la idea de meditación de Juan Manzanera (puedes encontrarle en internet, Escuela de meditación Juan Manzanera, google). Trato de que no pase una semana sin meditar al menos un par de veces. A veces empleo las meditaciones dirigidas por Juan desde su página web. Entonces suelo meditar cincuenta minutos. Cuatro o cinco veces al año suelo ir a su Escuela a las meditaciones abiertas. Espero ir más veces ahora que lo tengo más cerca de mi oficina.
A la meditación, como al cerebro, le pasa que sirve para todo. Parecen capaces de estar relacionados con todo. Todo pasa por el cerebro y todo es susceptible de ser meditado. Pero no todo es cerebro y no todo es meditación. Cuando leo las ventajas cerebrales que tiene la meditación no puedo evitar pensar que exageran. (Parece el Halibut que mi abuelo  usaba para todo). Está bien que las Universidades (Wisconsin, California...) arrojen la perspectiva científica sobre el hecho de meditar y qué sucede en el cerebro.

Me impresiona mucho que el primer acto de toda meditación (al menos las que yo conozco) comienzan con la conciencia de la respiración: respirar más despacio, notar la entrada del aire por las fosas nasales... La conciencia reside en el neocortex, la parte más "alta" físicamente del cerebro, la respiración en el cerebro reptiliano, la parte más profunda. De alguna manera, nada más comenzar, la meditación "atraviesa el cerebro de arriba a abajo".

Durante la meditación se reduce la frecuencia cardiaca y disminuye la tensión arterial. También aumenta la producción de la serotonina. Actúa sobre el lóbulo parietal y altera la sensación de unicidad del espacio tiempo. La meditación es un estado alterado de la conciencia.  En el lóbulo frontal, más concretamente en la corteza prefrontal izquierda se da un aumento de la actividad durante la meditación. Esta parte está asociada a los estados de felicidad. Algunos estudios señalan el aumento del grosor del neocortex después de muchos años de meditación. Y estas son sólo parte de las ventajas que obtiene el cerebro si se practica la meditación.

A mi no me cabe duda sobre la conexión entre cerebro y meditación. En mi experiencia de hemisferio derecho, derecho creo que lo que me aporta la meditación es la mejora de mi capacidad de concentración y tomar una mayor conciencia de las necesidades de mi cuerpo.

En mis sesiones de formación suelo recomendar -si viene a cuento- a los participantes que hagan meditación. Sobre todo a lo que viven en Madrid que les veo correr todo el rato... pero de esto hablaremos en otra ocasión.
Besos y abrazos.

domingo, 24 de octubre de 2010

MIEDO Y CEREBRO

Acabo de pasar unas pocas horas con un amigo que ha tenido un ataque de estrés. Está en tratamiento, de baja, en su casa y con miedo a que se le dispare de nuevo todo el problema que le hizo perder el conocimiento y su seguridad en sí mismo.
He ido como amigo de él que es lo que soy. No coach, ni aficionado al cerebro, ni consultor... pero sí lector de libros. Hablé con él por teléfono. "¿Ya puedes recibir visitas?" "Sí, pero no me hables del cerebro". Cada vez me rebelo más contra esa afirmación de que somos nuestro cerebro. Es decir, que sólo somos nuestro cerebro. Mi licenciatura es de Psicología Social... así que no me he tirado cinco años estudiando nada. Pero es cierto que no es fácil una conversación, sobre todo si nos dedicamos a hablar del estrés, en la que no aparezca el cerebro. Como sabe que soy un lector empedernido me provocó. Así que estuvimos hablando de de los libros que he leído últimamente. Omitiendo algunos sobre el cerebro. Así que del último de Damasio ni hablar.
Pero al final me habló de un tema que creo que es muy importante: "el miedo". Estuvimos hablando de la inmensa cantidad de miedos que pueden existir y que nos podemos fabricar. A él no le puede decir nada pero nuestro cerebro de homosapiens pelín evolucionado lleva fatal lo de los miedos... irreales. Como decía Mark Twain (más o menos): He sufrido mucho con cosas que no me han sucedido nunca.
Nuestro cerebro fabrica miedos (buena es la imaginación) que limitan nuestras respuestas racionales, corticales o como quieras llamarlas. El mando pasa al sistema límbico, mucho más rápido pero mucho más limitado en sus respuestas. El cuerpo se empapa de adrenalina cada vez que recuerda un miedo que pertenece al pasado o que, incluso, no nos sucedió. El miedo nos envuelve y nos inutiliza.
No me atreví a decirle a mi amigo que hiciera algunos ejercicios de meditación. Soy un forofo de la meditación pero sé que a cada uno le sienta de una manera. Cuando esté más seguro le animaré a que aprenda a callar a su cerebro, o lo que es lo mismo, aprenda algo de meditación. 
Mientras tanto le regalé un libro de uno de mis autores favoritos: Nathaniel Branden , "Los Seis Pilares de la Autoestima". Algún día tendré que pensar cómo le sientan al cerebro los ejercicios de Branden. Por cierto, no hace falta que te de un telele (casi pongo pelele) para que leas a Branden, siempre sienta bien.

Besos y abrazos