domingo, 30 de diciembre de 2012

"In memorian"

Fuera hace un frío de invierno. Ha oscurecido y la chimenea lleva todo el día "trabajando". Hace un rato largo que he visto la noticia de la muerte de Rita Levy - Montalcini. Aunque inevitable alcanzó los ciento tres años. Precisamente una persona que estudió el crecimiento del sistema nervioso. Leí dos libros suyos: "Un as en la manga" que era fácil de leer hasta que llegabas a determinados puntos. El otro fue el "Elogio de la Imperfección", su biografía "científica" porque de su vida privada apenas cuenta nada (ni tenía por qué hacerlo, claro). Una vida intensa, arriesgada, marcada por el hecho de ser judía en Europa durante la IIª Guerra Mundial; algo de lo que no hizo causa de guerra con el resto del mundo. El libro es una delicia. A veces me recordaba al estilo de escritura de Edith Warthon, por unas décimas de segundo tus sinapsis lograban recordar el aire viciado y el olor a madera de una casa vieja. Un recuerdo que no es mío, que salía de sus páginas.Un dama de otro siglo pero sorprendida con lo mismo que nosotros.
Guardaremos su memoria para otros que vengan detrás. Gracias, señora, muchas gracias.

Besos y abrazos

jueves, 13 de diciembre de 2012

Reconozco que cada vez me aburre más discutir. El otro día me comentaron dos personas distintas que me había vuelto más tolerante (yo creía que ya lo era, claro) y que era muy ecuánime (creo que no era un halago). Es cierto que no discuto casi nunca, en especial si mi interlocutor tiene vocación papal y habla "a ex cathedra". Siempre pienso que esas personas que pasan por la vida sin una sombra de duda son muy aburridas (aunque confieso que, algunas veces las envidio, qué sencilla debe ser su vida).

Trato de poner en marcha lo que alguna vez he denominado "la otra plasticidad neuronal"; no se trata de cambiar los circuitos cerebrales, si no de hacer que los mensajes que emito sean "aceptables" por la otra persona, sobre todo, si no está de acuerdo. No siempre lo consigo pero  en muchas ocasiones logro el objetivo: que el otro me escuche y que no discuta aunque, insisto, no esté de acuerdo.
Me costó mucho aprender que lo importante de un mensaje no es decirlo si no que llegue. Usar palabras, un tono y un momento adecuado son las claves. Eso te obliga a callarte muchas veces. Un innoble arte que me cuesta mucho esfuerzo.

No se trata de dar la razón al otro (como a los locos); se trata de entenderle y luego exponer tu visión sin el objetivo de convencerle. Aunque reconozco que la comunicación queda un poco sosa.

Eso me obliga a manejar los cuatro "idiomas cerebrales" para que el otro entienda mejor mi mensaje aunque, una vez más, no esté de acuerdo.

Hay que aprender idiomas.

Besos y abrazos.

viernes, 16 de noviembre de 2012



Es difícil romper la tendencia a pensar linealmente. El libro estupendo de Peter Senge, "La Vª Disciplina" señalaba una forma más completa y sistémica de interpretar los hechos que vemos. Un pensamiento circular que incluyera aquello que transformaba nuestras acciones. Que nos diera retroalimentación sobre lo que sucede. Pero con casi todos los responsables de equipos que trabajo noto que trabajan con un pensamiento lineal. Muchos de ellos parten de la base de que los problemas a los que se enfrentan son únicamente técnicos o racionales. No son conscientes de que los problemas tienen, al menos, dos dimensiones más: política y emocional. Política porque exige un acuerdo o un planteamiento estratégico que tiene en cuenta los intereses de otros grupos. Emocional porque todo problema resuena emociones en las personas que los sufren. Algunas personas dicen que esta faceta es irracional pero el profesor Francisco Rubia ha enseñado que muchos pensamientos no son irracionales, si no "no racionales". Son elaborados sin la intervención de la conciencia y son válidos. 

Es posible que los pensamientos lineal, técnico y estratégico sean hijos del cerebro izquierdo. Quizás el pensamiento circular y emocional sean hijos del cerebro derecho.

Para solucionar bien un problema debemos de buscar las tres perspectivas: técnica, emocional y política. De esta manera nuestras soluciones serán más poderosas y robustas. Una vez más tenemos que abogar por la colaboración de los dos cerebros y no andar "tuertos de perspectiva".

Besos y abrazos

lunes, 5 de noviembre de 2012


Me piden unas reflexiones sobre emociones, sentimientos y neuromanagement. Pues allá van algunas un poco a bote pronto. El tema está de moda. A Victoria Camps le han dado el Premio Nacional de Ensayo por su libro "El Gobierno de las Emociones". Bien documentado y reflexionado pero hay que recordar que escribe desde el punto de vista de la filosofía, sin desdeñar otras perspectivas. Hay muchas cosas que me "chirrían" en el libro pero las comprendo desde el punto de vista de la filosofía. No nos engañemos, me encanta la filosofía, es una visión más. No lo he terminado de leer así que voy de listillo pero el título me da problemas. Como diría mi amigo Antonio Cantó: "¿Qué emociones son esas que se pueden gobernar?" Pues algo de eso hay.
Kaheman escribe sobre el sistema 1 cuando se utiliza la parte rápida del cerebro, la parte automática, supongo que la límbica y algún porcentaje de la cortical. Esa parte acierta y se confunde mucho. Cuando utilizamos la conciencia estamos "tirando" de la parte cortical y neocortical que nos permite un pensamiento más elaborado. No sé si es correcto pero creo que las emociones son límbicas y los sentimientos corticales. Sistemas 1 y 2 de Kaheman. Desde esta perspectiva tan cerebral  parece claro que las emociones son ingobernables. No tengo acceso consciente a ellas. Si mi amigo Pedro me enseña su nuevo BMW yo no puedo evitar tener un ataque de envidia (bueno, yo sí que los coches no me dicen mucho). Mi emoción de envidia (o la que sea) está ahí sin que yo tenga control algún control sobre ella. Pero luego viene una segunda reacción a mi primera reacción, viene un sentimiento y, en este caso desde el neocortex, puedo controlar mi sentimiento. ("Ya echará gasolina", puedo pensar muy digno).
Para acabar de complicar el tema es seguro que emociones y sentimientos vienen entremezclados y contradictorios. El coche de mi amigo Pedro puede despertar en mí: celos, alegría, envidia, enfado, sorpresa y todo en el plazo de tres segundos. Aquí no puedes decir como en las peleas callejeras: "venir de uno en uno, si tenéis lo que hay que tener".
¿Y esto que tiene que ver con el management? Bueno la respuesta nos la ahorra la inteligencia emocional de Daniel Goleman. ¿Qué jefe es ese que es incapaz de describir sus emociones? Que no distingue el enfado del hambre. Que no percibe las emociones de su gente. Pues eso, un mal jefe. En las sesiones de coaching es un tema que sale constantemente, el jefe cree que suscita un sentimiento y resulta que es otro. Quiere ofrecer seguridad y le toman por un autoritario, por ejemplo. Así que la formación de un buen jefe debe incluir el conocimiento de los sentimientos. Eso de gobernar las emociones me parece que ni el señor Spock, que no las dominaba, solo las eliminaba y vivía un mundo más soso e insoportable.
Os deseo que tengáis sentimientos y que sean la prueba de que estáis vivos.

Besos y abrazos

lunes, 29 de octubre de 2012

Unos buenos amigos, mientras comíamos en un restaurante oriental (un chino, para entendernos) me han regañado como lo hacen los buenos amigos: con cariño y con cuidado. "Tienes un poco descuidado el blog". Sí, es cierto. Así que hago una reflexión sobre la gestión del tiempo, esperando que lo lean y no me regañen.

Llevo unos días un tanto desbordado de cosas que hacer. El problema es que no son tantas pero con esto de la famosa crisis y la bajada de actividad, cuando sufro un repunte de trabajo me entra cierto estrés y confusión. Confías en la habilidad de tu parte límbica para ir sacando temas. Lo haces con el piloto automático; muchas veces salen bien las cosas y otras veces vives "tirando de las rentas". Creas algo de lo que te sientes contento o te dedicas a sobrevivir... y gracias.

Me gusta creer que pienso y luego actúo. Me he tomado un descafeinado mientras hacía un mapa mental antes de ponerme a redactar esta entrada. Me gusta mucho elaborar, reflexionar... y luego actuar. Tardo en arrancar pero me gusta pensar que mis primeras versiones son buenas. Mejorables, claro, pero buenas. Si pienso bien, trabajo bien. Pero hay días que no es fácil encontrar el tiempo y, en mi caso, sobre todo, la serenidad y concentración para pensar y elaborar. (Ya me he apuntado a un curso de Mindfullness).
La tendencia actual es todo lo contrario. Hazlo y mejóralo, metodología "scrum", planificar sobre la marcha... Mi experiencia es que luego da mucha pereza mejorar algo que no está mal.

Para la gente de hemisferio izquierdo la gestión del tiempo es un problema técnico. Una buena agenda, distinguir lo urgente de lo importante, un teléfono con alarma y a correr.
Para los del hemisferio derecho el tiempo es una vivencia, una interpretación de cómo percibo mi tiempo. ¿Es algo a disposición de los demás? ¿Soy yo? En fin, esas dudas que te asaltan cuando trabajas con algo tan "líquido" como el tiempo.

Una recomendación, seas del cerebro que seas, introduce en tu vida las micro paradas. Quédate quieto, mente incluida, durante quince segundos unas tres veces al día. Permite que la parte cortical tome el control, de manera que tendrás más conciencia del tiempo y de lo que haces.

Acabemos, por hoy, con una de mis frases favoritas, atribuida a Buda: "El pasado es un sueño, el futuro un espejismo, y el presente... una nube que pasa".
Pues eso, besos y abrazos.

domingo, 30 de septiembre de 2012

ÚLTIMO LIBRO DE DANIEL GOLEMAN... POR AHORA


Acabo de terminar de leer el último libro traducido y publicado de Daniel Goleman: "El Cerebro y la Inteligencia Emocional: Nuevos Descubrimientos". Edotorial B. Confieso que me ha sabido a poco. Quizás es porque últimamente me estoy tragando unos libros descomunales y éste apenas llega a las cien páginas. En fin, quizás esperaba algo más ambicioso aunque si me vuelve a hablar de otro tipo de inteligencia me da un colapso.
El libro está muy actualizado. Toca temas interesantes: autoconciencia, creatividad, estrés, motivación, internet, empatía, sociopatía.... Los comenta de una manera rápida y amena y señala qué parte del cerebro se ve implicada en el proceso. Después de leer algún libro sobre los "circuitos cerebrales" a uno le parece imposible que exista una única parte implicada en estos procesos.
El libro dispara sobre lo que denomina neuromitomanía. Por ejemplo que el hemisferio izquierdo es malo para la creatividad.
El libro se lee muy bien  pero, espero no pecar de chulo, diciendo que es un artículo de la Harvard Bussiness Review algo hinchado y con un tipo de letra generoso. Por lo demás se puede leer muy bien. Se ve que todavía me escuecen los quince euros para poca lectura.
Besos y abrazos.

sábado, 8 de septiembre de 2012

MI CEREBRO, MI TRABAJO; MI TRABAJO, MI CEREBRO


Veo que últimamente estoy preocupado por la diversidad. Según releo algunas de las entradas del blog.
En estos días he trabajado con colectivos muy diferenciados y me ha asombrado la diferencia entre ellos y su homogeneidad interna. Aún así no creo que fuera como hace muchos años en los que resaltar era un peligro para la salud mental. "Si un clavo sobresale, machácalo". Somos más sutiles pero la presión hacia el "todos iguales" es muy fuerte.

Cuando hacemos selección de personal (poca) tratamos de encontrar los mejores candidatos. El perfil que se ajusta y se desarrollará mejorando ese ajuste. No es de extrañar que todos nos parezcamos tanto a nuestros colegas.

Luego está la presión del jefe. "Uno siempre acaba pareciéndose a su jefe". Se nos pegan sus manías y, a veces, sus genialidades y puntos fuertes. Al final el ambiente también influye. Me comparo con los demás y no quiero salir mal. Una copla flamenca dice:"El aire está lleno de mentiras/ el que diga que no miente/ que diga que no respira".

También influyen los procesos. Algunos ridículos por el nivel de detalle al que descienden. Capaces de paralizar una organización si se les siguiera al pie de la letra. Producción y servucción dejan poco espacio a la creatividad.

Pero al final aparece la excepción. Nos confundimos en la selección, el jefe es más abierto, el ambiente menos opresivo y los procesos no son la ley. Y allí está, como una amapola en un campo de trigo, la alegría de la excepción.

Besos y abrazos.

PD. Carlos Herreros ha sacado un libro que se llama Neuromanagement (con almohadilla delante). No lo he terminado de leer. Me falta poco. Es muy interesante y muy ameno. Tiene una visión amplia, generosa y muy actualizada. Muy recomendable

domingo, 26 de agosto de 2012

DIVERSIDAD CEREBRAL


Este verano me estoy dedicando a deportes de riesgo: dormir y leer.
Menos mal que unos amigos me han pedido unas reflexiones sobre la diversidad. Allí reflexioné sobre varias facetas de la diversidad, aquí quiero dar tres brochazos sobre la diversidad cerebral

Creo que hemos creado una serie de prejuicios sobre los tipos de cerebros que no ayudan en nada a la diversidad. El hecho de que exista una dominancia de hemisferio en el cerebro no impide nada. Lo que sucede es que hacemos las cosas de otra manera o con más dificultad. Parece que siempre hay que reclamar la superioridad de un cerebro sobre otro. Si quiero ser creativo pediré una dominancia derecha. Si quiero exactitud pediré una dominancia izquierda. Pero eso no significa que los otros tipos de cerebro no tengan nada que aportar.
La diversidad cerebral se tiene que dar en el entorno de los equipos Los equipos deben ser heterogéneos para ganar en diversas perspectivas. Es cierto que una sociedad diversa necesita de equipos diversos, ésa es una razón histórica que debemos tener en cuenta. La diversidad hace que los equipos tengan un desempeño superior. Por desgracia la tendencia "natural" en los equipos es la de homogeneizarse. Tienden a parecerse más; a crear una cultura y un estilo común. En muchos casos tienden a parecerse al cerebro del jefe. (Eso explica muchos problemas de gestión, ja, ja). Así que la diversidad, incluida la cerebral, es responsabilidad del jefe o de la jefa. Es la fuente de homogeneidad y debe ser la fuente de diversidad.
La diversidad de cerebros en los equipos no solo se demuestra en un momento dado: al crear o controlar algo, por ejemplo. Si no que se demuestra a lo largo de un proyecto. Si el equipo es de alto rendimiento se producirá un liderazgo "por relevos". Esa es una experiencia que tenemos los responsables de proyectos que damos espacio a los demás. El cerebro que empuja al principio del proyecto no suele ser el que afina en la finalización del mismo.
Buen final del verano y buena diversidad.

Besos y abrazos.

jueves, 2 de agosto de 2012


Se pasó julio volando y sin escribir en el blog. La verdad es que un cambio en las fechas de vacaciones me despistó un poco. También han coincidido dos circunstancias curiosas. Estoy disfrutando más de la lectura pero me he encontrado con tres libros largos. Cada cierto tiempo leo una parte de "Los Ensayos" de Montaigne. Me he metido con "Pensar Deprisa, Pensar Despacio" de Kanheman que se lee deprisa pero es largo. Con el que estoy disfrutando más es con "Paisajes del Pensamiento de Martha C. Nussbaum. Lo leo despacio, reflexionando... decía Enrique Tierno Galván: "Leer como los pollos beben, leer un poco y levantar la cabeza para reflexionar. También coincide que estoy dedicando un poco más de tiempo a pensar. Uno lee mucho pero piensa poco. He visto algunas cosas sobre el pensar que me gustaría compartir con vosotros en otra entrada del blog. Uno de los temas sobre el que he reflexionado es el de las emociones y el cerebro. A raíz de un comentario de Martha C. Nussbaum sobre aquellos autores que consideran que las emociones son "nuestra parte animal", contra su opinión que es que las emociones "son una especie de juicios y pensamientos" y, por lo tanto enteramente humanos.

En general estas discusiones me abruman porque supongo que tenemos una parte animal que sigue siendo nuestra, humana. Para algo tenemos un cerebro reptiliano. Pero parecen que mis conclusiones son una nueva victoria del cerebro sobre la parte social o interpersonal; algo que no sostengo pero que me echan en cara en cuanto tengo una charla con algún colega. Creo que el cerebro forma parte del bucle más de las relaciones que establecemos con el entorno y las personas y se ve influido por ellas; aunque vaya más deprisa que mi conciencia.
Siempre se dice que las emociones son una respuesta corporal a algo que nos sucede. Un catedrático comentó en una conferencia que "un sentimiento es una emoción pasada por el cerebro". Estando de acuerdo creo que podemos matizar más. Creo que la emoción nace en la parte límbica del cerebro, que la transmite al resto del cuerpo y que, al tomar conciencia, llega a la parte neocortical del cerebro. Esa creo que es la relación entre emociones, sentimientos y cerebro. Estoy de acuerdo con Nussbaum en que las emociones sirven para hacer juicios y tomar decisiones.
Me choca esta forma de hablar: las emociones son del cuerpo, los sentimientos son del cerebro. Insistir, una vez más, que el cerebro forma parte del cuerpo y no creo que exista una parte del cuerpo capaz de crear emociones que no sea el cerebro. Por poco romántico que suene.
Lo que sí es cierto es que apenas manejamos lenguaje para referirnos a las emociones y a los sentimientos. Somos analfabetos emocionales. Así es muy difícil distinguir si estoy aburrido o tengo hambre.
Hasta pronto.

Besos y abrazos

jueves, 21 de junio de 2012

GESTIÓN DEL TIEMPO Y CEREBRO

Me piden una charla sobre Gestión del Tiempo y Cerebro. Menos mal que no me han dicho nada sobre "neurogestión del neurotiempo". Sólo quiero apuntar algunas ideas sin orden, ni concierto.

Me pone nervioso que en los tiempos que corren, en los que los trabajadores que lo están en las organizaciones están desbordados, todavía se escuche aquello de de "si te organizases no te faltaría tiempo". Cuando hay personas mal haciendo el trabajo de dos o tres decirles que se organicen es un acto de "crueldad innnecesaria" (¿cuál será la crueldad necesaria?). Es culpabilizar a la víctima. No es posible, en estas ocasiones, sacar el trabajo pendiente, por mucho que te organices, por mucho que conspires con tu cerebro para hacerlo mejor.

El cerebro está influenciado por los ciclos de la luz solar. Ciclo que en oficinas y fábricas está roto. Siempre es de día. En el campo en el que vivo pasa lo mismo, hay tanta luz que hay pájaros que cantan toda la noche. (Un incordio). Contra esta gestión natural del tiempo se impone la lógica del reloj que es un invento tardío y ajeno a la forma de trabajar del cerebro. Puede que sea necesario pero se da de bruces con la lógica mental. Que nos lo digan a las cuatro de la tarde.

El cerebro izquierdo parece que tiene un control temporal que nos informa del paso del tiempo. También parece que la planificación y los procesos de trabajo tienen mayor desarrollo en el cerebro izquierdo. Tiene una  mayor capacidad de concentración. Así que parece que la gestión del tiempo es más fácil para los que tienen dominancia cerebral izquierda.
Por el contrario el cerebro derecho parece gestionar el tiempo con bastantes dificultades. Se interrumpe solo , se distrae, tiene pensamiento lateral, tendencia a "marcharse" al futuro. En su desorden parece arrastrara la gestión del tiempo.

Pero la gestión del tiempo tiene una parte subjetiva. Los que hemos estado en el sillón de un dentista sabemos lo lento que se pasa el tiempo. Los enamorados pierden la noción del tiempo cuando están juntos. Quizás tiene que ver con un esquema que maneja Mihàly Csíkszentmihàyli en uno de sus libros sobre "Flow". Un esquema que relaciona los recursos y los desafíos y resultan estados de ánimo. Cuando mis recursos son pobres y los retos poderosos produzco un estado de ánimo de angustia, el tiempo pasará lento. Si mis recursos son potentes y el reto importante entro en estado de "Fluir", el tiempo desaparece.

Conocer mi cerebro significa conocer mi gestión del tiempo. A partir de aquí conoceré sus trampas para gestionar el tiempo y podré elegir las herramientas más adecuadas para mejorar la gestión del tiempo.

Hay que seguir pensando sobre la charla.

Besos y abrazos.

domingo, 10 de junio de 2012

Volver a las andadas

Tengo la suerte de volver a ver a personas con las que hice coaching hace un año. Se trata de aumentar su potencial y eso incluye la eliminación de hábitos "estúpidos". Según la definición del historiador Carlo Cipolla un estúpido "es aquel que hace daño a los demás sin obtener beneficio alguno". En este sentido podemos hablar de hábitos estúpidos. Me gusta más la expresión "estúpido" que tóxico, es más humana, más de andar por casa. Algunos de estos hábitos quedan sustituidos después de un primer proceso de coaching pero reaparecen cuando la persona se encuentra bajo presión. Si la situación es normal les da tiempo ha cambiar el hábito estúpido; pero si estamos bajo presión la estupidez aparece en todo su esplendor.

Creo que existe una explicación neurológica. El hábito estúpido no desaparece, sigue pre grabado en la parte límbica y si el pánico me hace tomar decisiones más deprisa y con menos conciencia, la parte límbica toma el control y ahí vuelve aparecer nuestro viejo y conocido hábito estúpido.

Cuando charlamos de estos temas en las sesiones de coaching, algunos de mis coachees manejan el lenguaje de la neurocultura en su intento de ser mejores jefes, siempre llegamos a la misma conclusión. Es necesario parar para pensar en medio de las crisis, aunque sean quince segundos que me permitan elegir la conducta que mi equipo o mi interlocutor necesitan. Las microparadas en gestión son clave y permiten al cerebro consciente "tomar el control".
Pues eso, parémonos a pensar y tendremos hábitos menos estúpidos.

Besos y abrazos

jueves, 17 de mayo de 2012

"Dr. Alzheimer, supongo" es el último libro de Duwe Draaisma, editado en Ariel. en él se hace un recorrido por los pioneros de las neurociencias. Médicos que se sintieron atraídos por una serie de síntomas de los que supieron encontrar un origen común y que hoy llevan su nombre. Draaisma es un erudito y un escritor delicioso. Transmite una sensibilidad que en este libro se hace más presente, más necesaria.
Siempre me ha llamado la atención que muchos médicos y filósofos señalaran de forma certera el origen de una enfermedad mental. (También soy consciente de muchos patinazos gloriosos).
En este libro vas a aprender muchas cosas y una de ellas es que para que un descubrimiento merezca la pena hacen falta varios factores: observación, curiosidad, pasión, humildad, seguridad... y tiempo. Todos los pioneros con una mezcla de estos elementos. En muchos casos no dedicados exclusivamente a un  campo del saber. La especialización profundiza y empobrece.

Hace años vivimos un caso de unas fiebres perniciosas que empezaban a hacer estragos en la persona que las padecía. Los análisis modernos no detectaban nada pero la fiebre estaba ahí y la aparición de varios herpes, la pérdida de peso... amenazaban seriamente al paciente. Fue un médico mayor, en la tranquilidad de una consulta privada, arrumbada, y después de una conversación de una hora el que dio con la enfermedad, adelantó el diagnóstico, pidió las mismas pruebas pero con otros métodos y adelantó el tratamiento. Muchas gracias. Estoy convencido de que la pasión del médico por su profesión, la compasión por el paciente y el tiempo empleado fueron claves para superar esa mala etapa.

No puedo evitar el pensar en la gente que trabaja en empresas, cada vez menos empleados, hacer muchas cosas, con el miedo al despido... sin tiempo y sin pasión. Todo en clave de supervivencia. Y si estás parado o con baja actividad, estás tan desanimado que es difícil mantener pasión alguna.

Habrá que aprender del espíritu de los pioneros que sin ordenadores, ni teléfonos móviles tuvieron que encontrar su genialidad en otros sitios más cercanos, más tranquilos... ¿más humanos?

Besos y abrazos

jueves, 26 de abril de 2012

Está de moda la sincronicidad. Cosas que suceden a la vez en el tiempo y algunos le dan cierto significado y sentido. Lo siento yo apenas asumo la simultaneidad, no me pidáis que vaya más lejos.

Dando clase en la universidad, en una clase de setenta y cinco alumnos, me encuentro con que la mitad, más o menos, están haciendo dos cosas a la vez. Muchos chatean con el móvil, otros estudian libros de otras asignaturas, otros charlan entre ellos con animadas tertulias de bar, otros comprueban la veracidad del autor que les cuento... La otra mitad atiende (al menos me miran). A veces regaño a los despistados que me miran sorprendidos: "le estamos atendiendo, profesor". Y me miran con esa mirada de sorpresa y ofensa: es que el pobre no puede hacer dos cosas a la vez. Algunos me repiten mecánicamente lo que acabo de decir para dejar claro que "estoy más pasado que un chotis". Si les pregunto por el sentido de lo que acabo de decir no lo saben. Como dice el chiste: "ni lo sé, ni me importa". Insisto en que algo más de la mitad atienden.

Lo que me preocupa es que empiezo a ver que esa tendencia está apareciendo en la empresa. Hace unos días comencé unas sesiones de coaching con un joven ejecutivo con mucho potencial. Mientras charlábamos él respondía mensajes en su tablet. Después de pedirle atentamente que cerrara el dispositivo volvió a aparecer el   gesto: "Tranquilo puedo hacer dos cosas a la vez... a pesar de ser hombre". Al rato comencé a hacerle algunas preguntas que para él no tenían sentido: cuántos correos recibes al día, cómo los almacenas, a qué información tienes acceso... En un momento determinado me dijo: "No entiendo tu pregunta". Y con mi gesto de adicto a los Starbucks de respondí: "Perdona, hablaba con tu tablet". Milagrosamente funcionó. Sonrió y apagó la tablet. Así que aproveché para firmar el convenio colectivo de nuestro coaching: Entre otras cosas, nada de dispositivos electrónicos externos al cuerpo encendidos.

Digan lo que digan sin la concentración necesaria el cerebro pierde memoria. No recuerda u olvida a toda velocidad. Mis alumnos "simultaneantes" me preguntas cosas que ya he contado o confunden el sentido de otras. Como diría Siegel: donde esté el mindfullness que se quite la radio (la frase es rigurosamente falsa).
En fin, reivindicar la alegría de la atención plena y el estar aquí y ahora.
Y tiene mérito porque mientras escribo esto estoy oyendo (que no escuchando) el último disco de Leonard Cohen.

Besos y abrazos.

lunes, 26 de marzo de 2012

CONVERGENCIAS CIENTÍFICAS

(Disculpar, por favor, esta parada de dos meses impuesta por razones laborales. Estoy haciendo una sustitución en la universidad y está siendo muy interesante pero los comienzos suelen ser duros. Gracias).

Estoy observando cierto interés por la filosofía en muchos autores. De lo que me alegro mucho. Algunos profesores de universidad que hasta hace pocos años se enfadaban al comentar ciertos temas, ahora se lanzan a hablar de temas como el amor, las emociones, los sentimientos... Ya que celebramos el aniversario de La Pepa no puedo evitar recordar la frase de Fernando VII: "Caminemos por la senda constitucional y yo el primero".
Pero bienvenida sea esta convergencia en la filosofía que parece un camino amplio a la hora de reflexionar e investigar sobre cualquier tema. Aunque pueda parecer extraño a mí la filosofía siempre me ha parecido una ciencia. Buscar la verdad sin recurrir a explicaciones mágicas, me parece una actitud que produce ciencia. Muy recomendables los libros sobre historia de la filosofía de Michael Onfray. 
Creo que es importante tener una buena base filosófica para estudiar cualquier tema incluida la neurocultura. Nos evitar inventarla pólvora o caer en razonamientos totalitarios.
(Cuando estudiamos temas de liderazgo insisto, supongo que con poco éxito, en que los participantes lean, a "Pequeño Tratado de Grandes Virtudes de Auguste Comte - Spponville, editorial Paidós, un filósofo imprescindible).
Así que está bien que las disciplinas científicas se muevan por los solapamientos que arrojan perspectivas interesantes sobre cualquier tema. Creo que es un placer disfrutar de las aportaciones de otras disciplinas. Por disfrutar entiendo que entenderlas e incorporar sus aportaciones a nuestro punto de vista en la búsqueda de la explicación racional de lo que sucede. Incorporar desde el respeto y el conocimiento. Es decir citando las fuentes. Algo que en los libros de divulgación comienza a ser una buena práctica pero escasa. Me pone malo ver autores de tres al cuarto que no aportan nada original, ni si quiera la mezcla, pero que no citan sus fuentes como si el mundo no existiera antes que ellos.
Una buena base filosófica nos permite un conocimiento en profundidad de aquello que queremos estudiar, incluido el cerebro.

(Acaba de publicar en castellano V S Ramachandran. "Lo que el Cerebro nos Dice". Editorial Paidós. Siempre es una alegría leer a este sabio y sus reflexiones e investigaciones).

Besos y abrazos.

domingo, 29 de enero de 2012

ASESINOS EN SERIE Y EN LA EMPRESA

Impresionante el artículo de Luis Miguel Ariza en El País Semanal: "En la mente criminal". Trata de los estudios de James Fallon, un encantador neuroanatomista que estudió las imágenes de las mentes de diversos criminales entre las que encontró similitudes. Lo interesante comienza cuando al comparar los resultados con su propio escáner se desvela que él comparte la mayoría de esos elementos. En su familia había antecedentes  que cometieron crímenes. En fin leer el artículo que es bastante perturbador y disfrutar de las reflexiones.
El autor de los estudios no ha matado a nadie y le definen como "simpático, extravertido...". Es posible que muchos compartamos con los criminales en serie algunas características cerebrales como una mayor actividad en las amígdalas sin venir a cuento.Algunos sujetos en las empresas te hacen recordar la expresión "crueldad innecesaria". Como recuerda Iñaki Piñuel en su libro "Mi jefe es un Psicópata" una de las características de los psicópatas es que los demás los perciben como personas normales y encantadoras. No es fácil identificarlos.
Seguro que muchos mandos comparten características cerebralmente significativas con los asesinos en serie. Y las empresas son sitios ideales para que la caza del "rival más débil".
Como decían en "Canción Triste de Hill Street": "Tener cuidado ahí fuera".

Besos y abrazos

domingo, 1 de enero de 2012

ELOGIO DE LA IMPERFECCIÓN

Comienza el año así que Feliz Año Nuevo. Pasado el ecuador de las fiestas solo desearos que las hayáis vivido según vuestras intenciones.

Solo unas palabras para animaros a leer la auto biografía de Rita Levi - Montalcini. Premio Nobel de madicina por sus estudios del factor de crecimiento de los nervios. Tiene ciento un años y sigue activa. Que envidia, su lucidez, sobre todo. Su libro se llama "Elogio de la Imperfección", música celestial para todo un hemisferio derecho como yo. Está publicada por Tusquets. 
No esperéis grandes revelaciones, ni cotilleos porque esta dama se mantiene alejada de esas vulgaridades.
es una biografía deliciosa. Es posible que exagere pero creo que tiene un aire de familia al escribir con Rebeca West o Edith Warthon... una gozada para leer con tranquilidad.
Tampoco creáis que un librito insulso. Describe con pasión sus descubrimientos y algunos párrafos he tenido que leerlos varias veces para enterarme de sus investigaciones, cosas de aficionados.
Muy recomendable para empezar el año 2012 disfrutando.

Besos y abrazos