lunes, 26 de marzo de 2012

CONVERGENCIAS CIENTÍFICAS

(Disculpar, por favor, esta parada de dos meses impuesta por razones laborales. Estoy haciendo una sustitución en la universidad y está siendo muy interesante pero los comienzos suelen ser duros. Gracias).

Estoy observando cierto interés por la filosofía en muchos autores. De lo que me alegro mucho. Algunos profesores de universidad que hasta hace pocos años se enfadaban al comentar ciertos temas, ahora se lanzan a hablar de temas como el amor, las emociones, los sentimientos... Ya que celebramos el aniversario de La Pepa no puedo evitar recordar la frase de Fernando VII: "Caminemos por la senda constitucional y yo el primero".
Pero bienvenida sea esta convergencia en la filosofía que parece un camino amplio a la hora de reflexionar e investigar sobre cualquier tema. Aunque pueda parecer extraño a mí la filosofía siempre me ha parecido una ciencia. Buscar la verdad sin recurrir a explicaciones mágicas, me parece una actitud que produce ciencia. Muy recomendables los libros sobre historia de la filosofía de Michael Onfray. 
Creo que es importante tener una buena base filosófica para estudiar cualquier tema incluida la neurocultura. Nos evitar inventarla pólvora o caer en razonamientos totalitarios.
(Cuando estudiamos temas de liderazgo insisto, supongo que con poco éxito, en que los participantes lean, a "Pequeño Tratado de Grandes Virtudes de Auguste Comte - Spponville, editorial Paidós, un filósofo imprescindible).
Así que está bien que las disciplinas científicas se muevan por los solapamientos que arrojan perspectivas interesantes sobre cualquier tema. Creo que es un placer disfrutar de las aportaciones de otras disciplinas. Por disfrutar entiendo que entenderlas e incorporar sus aportaciones a nuestro punto de vista en la búsqueda de la explicación racional de lo que sucede. Incorporar desde el respeto y el conocimiento. Es decir citando las fuentes. Algo que en los libros de divulgación comienza a ser una buena práctica pero escasa. Me pone malo ver autores de tres al cuarto que no aportan nada original, ni si quiera la mezcla, pero que no citan sus fuentes como si el mundo no existiera antes que ellos.
Una buena base filosófica nos permite un conocimiento en profundidad de aquello que queremos estudiar, incluido el cerebro.

(Acaba de publicar en castellano V S Ramachandran. "Lo que el Cerebro nos Dice". Editorial Paidós. Siempre es una alegría leer a este sabio y sus reflexiones e investigaciones).

Besos y abrazos.