jueves, 21 de junio de 2012

GESTIÓN DEL TIEMPO Y CEREBRO

Me piden una charla sobre Gestión del Tiempo y Cerebro. Menos mal que no me han dicho nada sobre "neurogestión del neurotiempo". Sólo quiero apuntar algunas ideas sin orden, ni concierto.

Me pone nervioso que en los tiempos que corren, en los que los trabajadores que lo están en las organizaciones están desbordados, todavía se escuche aquello de de "si te organizases no te faltaría tiempo". Cuando hay personas mal haciendo el trabajo de dos o tres decirles que se organicen es un acto de "crueldad innnecesaria" (¿cuál será la crueldad necesaria?). Es culpabilizar a la víctima. No es posible, en estas ocasiones, sacar el trabajo pendiente, por mucho que te organices, por mucho que conspires con tu cerebro para hacerlo mejor.

El cerebro está influenciado por los ciclos de la luz solar. Ciclo que en oficinas y fábricas está roto. Siempre es de día. En el campo en el que vivo pasa lo mismo, hay tanta luz que hay pájaros que cantan toda la noche. (Un incordio). Contra esta gestión natural del tiempo se impone la lógica del reloj que es un invento tardío y ajeno a la forma de trabajar del cerebro. Puede que sea necesario pero se da de bruces con la lógica mental. Que nos lo digan a las cuatro de la tarde.

El cerebro izquierdo parece que tiene un control temporal que nos informa del paso del tiempo. También parece que la planificación y los procesos de trabajo tienen mayor desarrollo en el cerebro izquierdo. Tiene una  mayor capacidad de concentración. Así que parece que la gestión del tiempo es más fácil para los que tienen dominancia cerebral izquierda.
Por el contrario el cerebro derecho parece gestionar el tiempo con bastantes dificultades. Se interrumpe solo , se distrae, tiene pensamiento lateral, tendencia a "marcharse" al futuro. En su desorden parece arrastrara la gestión del tiempo.

Pero la gestión del tiempo tiene una parte subjetiva. Los que hemos estado en el sillón de un dentista sabemos lo lento que se pasa el tiempo. Los enamorados pierden la noción del tiempo cuando están juntos. Quizás tiene que ver con un esquema que maneja Mihàly Csíkszentmihàyli en uno de sus libros sobre "Flow". Un esquema que relaciona los recursos y los desafíos y resultan estados de ánimo. Cuando mis recursos son pobres y los retos poderosos produzco un estado de ánimo de angustia, el tiempo pasará lento. Si mis recursos son potentes y el reto importante entro en estado de "Fluir", el tiempo desaparece.

Conocer mi cerebro significa conocer mi gestión del tiempo. A partir de aquí conoceré sus trampas para gestionar el tiempo y podré elegir las herramientas más adecuadas para mejorar la gestión del tiempo.

Hay que seguir pensando sobre la charla.

Besos y abrazos.

domingo, 10 de junio de 2012

Volver a las andadas

Tengo la suerte de volver a ver a personas con las que hice coaching hace un año. Se trata de aumentar su potencial y eso incluye la eliminación de hábitos "estúpidos". Según la definición del historiador Carlo Cipolla un estúpido "es aquel que hace daño a los demás sin obtener beneficio alguno". En este sentido podemos hablar de hábitos estúpidos. Me gusta más la expresión "estúpido" que tóxico, es más humana, más de andar por casa. Algunos de estos hábitos quedan sustituidos después de un primer proceso de coaching pero reaparecen cuando la persona se encuentra bajo presión. Si la situación es normal les da tiempo ha cambiar el hábito estúpido; pero si estamos bajo presión la estupidez aparece en todo su esplendor.

Creo que existe una explicación neurológica. El hábito estúpido no desaparece, sigue pre grabado en la parte límbica y si el pánico me hace tomar decisiones más deprisa y con menos conciencia, la parte límbica toma el control y ahí vuelve aparecer nuestro viejo y conocido hábito estúpido.

Cuando charlamos de estos temas en las sesiones de coaching, algunos de mis coachees manejan el lenguaje de la neurocultura en su intento de ser mejores jefes, siempre llegamos a la misma conclusión. Es necesario parar para pensar en medio de las crisis, aunque sean quince segundos que me permitan elegir la conducta que mi equipo o mi interlocutor necesitan. Las microparadas en gestión son clave y permiten al cerebro consciente "tomar el control".
Pues eso, parémonos a pensar y tendremos hábitos menos estúpidos.

Besos y abrazos