jueves, 20 de noviembre de 2008

REFERENCIA EN EL PAÍS SEMANAL

Vuelvo de dar un curso y mañana tengo otro.Estoy cansado, esta entrada va a ser breve. Esta semana ha estado divertida por que a Ferran Ramón-Cortés se le ha ocurrido citarme en El País Semanal del diciseis de noviembre. Le estoy agradecido porque he recibido bastantes llamadas, unos cuantos correos y dos entrevistas en la radio. Mis amigos se han alegrado y algún conocido se ha mosqueado. Allá ellos.
Sólo una nota breve para darle las gracias al escritor de La Isla de los Cinco Faros y Conversaciones con Max. Libros que suelo regalar a mis tutorados que tienen alguna dificultad con la comunicación. Es decir, a casi todos. Yo los releo con cierta frecuencia.
Besos y abrazos

lunes, 3 de noviembre de 2008

EL JEFE ORANGUTAN

El jueves me abordó un conocido de vista en el pueblo en el que vivo. Me dijo:"me describes muy bien en tu libro. Yo soy el jefe orangutan del que hablas". Menos mal que me lo decía con una sonrisa y una pizca de verguenza en la mirada. "Te invito a un café y charlamos". Pues claro que sí, para eso vivo en un pueblo, para tomar un café tranquilamente cuando me de la gana.
Me comentó que sus ataques de furia eran famosos en la empresa. "He hecho llorar a mujeres, a hombres de pelo en pecho. He hecho temblar de miedo a grupos de más de quince personas" "¿Ya tí?", le pregunté. "No entiendo la pregunta", me dijo, pero lo dijo demasiado rápido. Nos mantuvimos la mirada, a mi me daba la risa porque me acordaba de "Gorilas en la Niebla" y no sé cuál de los dos tenía peor papel. "Sí yo también he llorado, solo, en mi casa". Por lo menos no estaba orgulloso de ello. Mi amigo Paco, él sabe quien es, me dice que "detrás de todo perro que ladra hay un niño que llora". Prefiero una traducción más directa, más castiza: "todos los hijo putas son muy sensibles".
"¿Qué vas a hacer?" le pregunté mirando fíjamente a mi café por si los posos me daban alguna pista. Y entonces vino lo bueno. "Nada, tu libro me ha convencido de que no hay nada que hacer porque mi cerebro límbico es más rápido que el cortical". Mi carcajada se escuchó en todo el bar. Hasta los parroquianos que jugaban al dominó levantaron la vista de las fichas. Todo un acontecimiento. "Lo que dices es cierto, pero sólo en el primer bucle. La información que te llega te cabrea, tratas decontenerte pero sólo logras cabrearte más y entonces explota la bomba atómica". Ahora el que se reía era él. "Parece que estás ahí", decía muerto de risa. "¿Tiene solución?". "Cabreate antes y con menos intensidad. Pregunta antes de explotar." Fueron mis pobres consejos.
Hoy por la noche le he visto en la plaza del pueblo y me ha dicho: "dos días sin cabrearme. Dice uno de mis chicos que si me ha tocado la lotería. Qué jodío". Hemos quedado para tomar otro café dentro de diez días y nos contamos.
Ya lo decía ese sabio que era Baltasar Gracián: "En ocasiones el jefe debe saber mirar para otro lado".
Besos y abrazos