lunes, 16 de noviembre de 2009

EL INCONSCIENTE YA NO ES LO QUE ERA

Ayer veía el programa de Eduardo Punset en Redes. Hablaba del inconsciente con John Bargh. Como todos los programas de Punset muy interesante. Hacía cierta reivindicación del inconsciente. Lo siento, sé que el chiste es malo pero un padre comentaba con su hijo: ¿Qué si sé lo que es el inconsciente? El que se atreva a salir con tu hermana, ése sí que es el inconsciente.
Bueno, tonterías a parte el inconsciente siempre me ha parecido un cuento... de miedo. El ello, lo que nos controla y nos hace animales... El psicoanálisis y sus derivados siempre me han parecido una religión. Y con una tengo de sobra. Algunos amigos son psicoanalistas y son buenos científicos, y van más allá pero cuando apelan al inconsciente me llevan a la noche de los tiempos. Hace tiempo que me "reconcilié" con la idea de un cerebro que nos gobierna... de manera inconsciente. Si sólo un 2% de la materia del cerebro tiene consciencia pues así sea. No creo que seamos títeres de nuestro cerebro, creo que podemos trabajar con nuestro cerebro y soy consciente de que no somos libres. Pero me cuesta creer que no lo somos al cien por cien.

Toda la parte reptiliana y límbica están fuera de nuestra consciencia, puede considerarse inconsciente. Y ya sabemos que mucho más rápida que la parte consciente, por lo tanto, decide antes que nosotros. Pero hace tiempo que leí a Francisco Rubia establecer la diferencia entre lo irracional y lo no racional. Lo no racional no tiene porqué ser irracional. Que salgamos corriendo ante un tigre antes de darnos cuenta puede que sea irracional (no ha participado la razón consciente) pero reconocer que es de lo más razonable. Y eso lo ha hecho la parte inconsciente de nuestro cerebro.

Habría que aprender de Rubia y decir que existe lo NO CONSCIENTE mejor que el INCONSCIENTE. Lo no consciente gobierna nuestra vida, para eso somos animales. Pero no creo que eso nos haga animales irracionales (no del todo quiero decir).

Muchos mandos tomas decisiones de las que no se acuerdan a lo largo del día. Lo más interesante es que no se suelen equivocar. ¿Eso es malo? ¿Es poco eficaz?

Besos y abrazos