miércoles, 18 de febrero de 2009

DESDE MÉXICO

Hace un mes que no escribo. Quiero un blog tranquilo pero no tanto. Estamos trabajando duro para extender la idea de neuromanagement: cómo influye el funcionamiento del cerebro en los distintos aspectos del management.
Ahora estoy en México disfrutando de la hospitalidad, del afecto y de la sonrisa que en Madrid, creo, hemos perdido. Estamos presentando el NM en varias empresas y tratando de mostrar la utilidad de su punto de vista.
Una de las preguntas que me hacen con cierta frecuencia es: ¿por qué es tan difícil cambiar de opinión? El cerebro aporta una respuesta, El hipocampo, uno de los centros en los que el cerebro distribuye la información que le llega, hace una operación curiosa. Las informaciones no esperadas las almacena en la memoria inmediata con lo que desaparecen de no repetirse con cierta frecuencia. Si nuestro jefe nos tiene catalogados como un mal colaborador no recordará nuestros esfuerzos. ¿Qué hacer? En el caso de los mandos estar más abiertos a distintas respuestas. Incluso anotarse las rezcciones sorprendentemente buenas de sus colaboradores. En el caso de los colaboradores estos tendrán que hacer "marketing" y recordar a sus jefes sus "buenas acciones". Parece que el cerebro no ayuda mucho a la hora de mejorar la opinión que nuestros jefes tienen sobre sus colaboradores.
Estos temas me parecen fascinantes. Me parece un problema que los jefes sigan pensando que su cerebro es una especie de músculo a sus órdenes. Tenemos que ir cambiando ese punto de vista.
Besos y abrazos.