domingo, 13 de marzo de 2016

ENTORNO, CEREBRO Y LIDERAZGO



Cuando me piden una charla sobre neuromanagement y liderazgo casi siempre me dicen algo parecido a: "cómo manda el cerebro por delante de la persona". Y es correcto que la parte no racional de cerebro va por delante de la parte que tiene auto conciencia, que es capaz de pensar conscientemente.
El cerebro condiciona totalmente las decisiones que creemos tomar nosotros mismos: es algo que escucho constantemente a los pocos neurólogos que quieren hablar del tema del liderazgo. Pero como diría mi profesor, Luis Martín Santos, "¿Quién condiciona al condicionador?" 
Sin duda que los cuatro lenguajes cerebrales son importantes para entender la manera en la que se dan y reciben órdenes o  se toman decisiones. Tenemos la "ceguera parcial" de centrar el liderazgo en el líder. Cómo debe ser un líder. Por lo pronto cada equipo debería tener, como mínimo dos o tres líderes: el líder técnico, el socio - emocional, el líder complementario al técnico. El que buscas para solucionar un problema, el que buscas para un consejo o una charla y el que resuelve los problemas de una manera distinta (y a veces contraria) al líder técnico. De estos temas saben mucho, desde hace años, los expertos en equipos. 
Hay un tema que me llama la atención, sobre todo lo he observado en grandes empresas y es crear un entorno, seamos compasivos y digamos, artificial. La gente se mueve de una manera poco natural. Por eso es importante no sólo señalar al cerebro sino al entorno en el que se encuentra ese cerebro, como responsable de lo que sucede. En estos casos me acuerdo de las tres condiciones que Carl Rogers  "descubrió" para que la terapia funcione: autenticidad, aceptación incondicional y empatía. Sin querer caer en la tragedia, sí que considero que en la mayoría de los centros de trabajo estas condiciones brillan por su ausencia. Sin la autenticidad el cerebro "sufre" mucho. Si tengo que estar reprimiendo mi creatividad o trabajar con un lenguaje cerebral que no es el mío los resultados no van a ser buenos y el funcionamiento de mi cerebro no va a ser óptimo. Y no será un tema de cerebro, si no de entorno.
Por otra parte cuando hablamos de liderazgo a la mayoría se nos va la cabeza hacia la persona que decide y da órdenes. Pero habría que tener en cuenta dos matices importantes: el liderazgo también implica servicio, estar a disposición de personas y equipo. Y, segundo matiz, cada   componente del equipo debe poder aplicar su liderazgo (o al menos una parte de él), de no ser así el equipo estará perdiendo mucho potencial y talento.
Besos y abrazos.

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