domingo, 24 de mayo de 2009

LA MENTE DEL VENDEDOR

Un cliente me invita a dar una charla sobre "La Mente del Vendedor". Como es buena persona no me pone problemas para que la charla se llame "El Cerebro Vendedor". Él no lo sabe pero acabamos de evitar un debate "eterno". Algunos de mis compañeros se sorprenden cuando niego la existencia del alma (¿para qué querrán un alma teniendo cerebro?) pero se sorprenden mucho más cuando pongo en duda o niego la existencia de la mente como ente autónomo. "Esto ya es lo que me faltaba", me dicen. Uno de ellos juega al golf y me dice: "mi mente me habla antes de un lanzamiento". Para divertir suelo preguntar: "¿Y se mete contigo, te desanima?" "Sí, sí", me dicen emocionados. Es una de las pruebas más de los automatismos cerebrales. No necesitamos de entes inmateriales.

El debate viene de lejos. Descartes, gran matemático y filósofo, colocó la conexión entre el alma y el cuerpo el la epífisis o glándula pineal. Un mínima glándula de cinco milímetros de diámetro que produce melatonina cuando no hay luz. Una glándula que dispara la producción de serotonina y sus derivados cuando estamos en plena agonía (lo que podría explicar algunas cosas y luces de los que creen en el más allá, tipo "Gosht", la película).

Pienso que la mente es lo que llamamos al resultado de la actividad del cerebro pero que no existe sin él. Cuando estudiamos una pierna de un atleta estudiamos sus huesos, sus músculos, sus venas, la forma en la que la mueve... pero no se nos ocurre hablar del movimiento de la pierna como algo independiente de la misma. Con la mente pasa algo parecido, es pura actividad cerebral. Creo que con el alma pasa lo mismo. Nos parece que hay algo allí... pero es el resultado del cerebro y su actividad, cesa el cerebro y alma, mente y yo o ego... ya no están.

Alguno de mis colegas me dicen que cómo puedo vivir con ello. Lo gracioso es que algunos de los que me lo dicen son fervorosamente ateos. Siempre les digo una tontería a medias: "cuando me agobio mucho con estos temas me voy a dormir y mi ego, mi alma y mi mente casi desaparecen".

Creo que hay planos distintos de discusión. Si estamos a nivel científico me peleo contra conceptos extraños como mente o alma. Si estamos en el nivel de las creencias creo que cada uno puede creer casi lo que quiera. Alma, mente, yo... de acuerdo, existen como creencias. Yo creo que no hay alma pero al menos soy consciente desde qué nivel lo contemplo. Otros creen en sus sensaciones a pies juntillas y además las mezclan con sus creencias.

Así que no hablemos de la mente del vendedor (o de quien sea) pero eso ya lo hemos hecho en otras entradas.

Besos y abrazos (porque no tenemos alma, ni mente, ni yo)

PD: Francisco Rubia ha publicado: "El Fantasma de la Libertad". No es obligatorio leerlo pero si nos vendría bien.

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