martes, 13 de mayo de 2008

MIEDO

Es el recurso de los jefes sin recursos: EL MIEDO. Recurren el miedo cuando no se les ocurre qué otra cosa hacer. Pasan del por favor al miedo en segundos. Maquiavelo decía que el poder era "mano de hierro en guante de terciopelo". Del terciopelo al golpe del hierro. No saben dialogar, pararse a pensar, ponerse en el lugar del colaborador, la máquina del café, charlar durante el viaje de negocios, negociar...
La reacción del mando que provoca miedo se hace desde la zona límbica. Es un impulso rápido, sin control, que obedece a una amenaza real o imaginaria. Los mandos que provocan miedo se vuelven paranoicos, lo que les hace aumentar la frecuencia del miedo. Broncas, insultos, golpes en la mesa, "repite esta mierda", desautorizaciones delante de los compañeros, clientes, superiores... todo vale siempre que robe la autoestima del agredido.
"Me mienten" me decía un mando muy agresivo durante una sesión de coaching. "No te mienten, sólo están practicando la supervivencia", le comenté. Muchos empleados creen que trabajan para su jefe y no para el cliente, porque aquel exige una obediencia ciega, digna de un tirano feudal.
Al final la empresa cae en la zona límbica. Todo el mundo ataca o huye. Nadie piensa en nada que no sea cómo salir indemne del próximo ataque.
Los jefes violentos se encuentran orgullosos, presumen de sus víctimas. Mientras tanto la cifra de ventas va descendiendo, pierden clientes que no toleran ese trato vejatorio...
Al final el jefe comete un error tremendo pero nadie puede avisarle sin correr el riesgo de ser la última de sus víctimas. ¿Quién puede querer semejante honor?
O la dirección cree que ha llegado demasiado lejos, demasiados tribunales y decide despedirle. Dando un mensaje de cómo quiere que se hagan las cosas.
O no, o asciende hasta llegar a uno de los peldaños más altos de la empresa y allí ejerce una especie de terror universal sobre toda la empresa...
Habrá que confiar en la salud.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Al leer el post (y sigo sin tener el libro) me viene una reflexión: Al hablar de miedo, como emoción, hemos de distinguir los diferentes elementos que la componen, el cognitivo, el afectivo y el conativo. En cuanto al miedo, del que hablas, creo que es una emoción en la que el aspecto clave está en el neocórtex en cuanto que se trata de una anticipación de una pérdida y por lo tanto requiere de un proceso puramente racional que genera imágenes de peligro y con ello las conductas subjetivas y objetivas que debieran ser las propias de esta emoción (en una persona sana).

¿Cómo ubicas los diferentes elementos de la emoción y de esta emoción en concreto (el miedo) en las diferentes estructuras cerebrales? ¿Lo puedes relacionar con los diferentes tipos de memoria?

Un abrazo o varios

Sergio Cardona Herrero dijo...

Xavier, te respondí por correo pero publico aquí alguna reflexión. Hace tiempo que renuncio a ubicar nada en una parte exacta del cerebro. Primero porque es un tema que no conozco bien y luego porque creo que es más una cuestión de "circuitos" que de localizaciones concretas. Desde el NM tratamos de aplicar lo que descubren los neurólogos al management pero no sabemos y, en mi caso, no queremos ejercer de ellos. Cada uno en su corral y mirando por encima de la valla.