martes, 1 de junio de 2010

CEREBRO CONTRA INNOVACIÓN

Comentamos mucho lo bien que se le dan al cerebro la creatividad y la innovación, pero tendemos a olvidar que algunos órganos cerebrales no facilitan las nuevas ideas. No me refiero al cerebro izquierdo con el que me meto con demasiada frecuencia, si no a las amígdalas y al hipocampo. 
A las amígdalas les da por activarse en cuanto descubren algo nuevo. Es su función. Llenan el cerebro límbico de adrenalina y nos dejan dispuestos para pasar a la acción, sea un ataque o una huida. Por lo tanto las ideas nuevas suelen ser recibidas como si de un ataque se tratara. Un ataque a la identidad del que recibe una idea nueva. Supongamos que es usted experto en una versión de un programa que utiliza a diario en su trabajo. Un cambio de programa puede dejarle a cero. Ya no es un experto, ahora es un aprendiz. ¿Por qué creemos que eso debería gustarle a nuestras amígdalas?
El hipocampo, entre sus muchas funciones, tiene la de eliminar la información incoherente. La elimina enviándola a la memoria inmediata desde la que marcha al olvido. Pero es que una idea nueva es una idea incoherente, con lo que el cerebro la retiene lo mínimo indispensable. A veces las ideas innovadoras son muy sencillas y se las despacha con: "eso es una obviedad". Otra manera de eliminarlas.
El problema es que ambos órganos pertenecen a los corredores más rápidos del cerebro así que las ideas innovadoras mueren antes de que el neocortex pueda musitar un "¿por qué no?"
Besos y abrazos

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