lunes, 22 de agosto de 2011

CEREBRO Y RELACIONES INTERPERSONALES

El verano se acaba, despacio. Comienzo a tomar notas para un curso "Gestión del Desempeño". Como siempre pondremos unas pinceladas sobre el cerebro. Aquí os adelanto una de ellas; es muy obvia, precisamente por eso pasa desapercibida. Son las relaciones interpersonales. El cerebro también se alimenta de ellas pero parece que en muchos trabajos nos hemos olvidado de ese dato tan básico, tan elemental. En los trabajos hay cada vez menos relaciones. Es curioso, la gente tiene poco tiempo en el trabajo y, a la vez, tiene poco tiempo para sus familias. El tiempo parece haber desaparecido.  Todo se hace virtual. Cuando preguntas a los jefes: "¿Cuánto tiempo hace que no te sientas con uno de los tuyos a charlar?" Todos salen con la misma tontería: "les veo todo el día, los tengo delante..." ¿Y qué? Eso no significa que te relaciones.. Las relaciones entre jefes y colaboradores parecen haberse vuelto virtuales. El que quiera algo que vaya a la intranet de la empresa. Y las reuniones no son la solución. Me refiero a una conversación tranquila entre dos personas que se encuentran y hacen un espacio para charlar y relacionarse. Me da igual que le llames gestión del desempeño o "a ver cómo anda esta persona". Hace mucho que no nos sentamos a conversar.
A veces los medios se convierten en objetivos. En la pregunta del audit al jefe se lee: ¿Ha realizado la entrevista de evaluación con todos y cada uno de sus colaboradores? El objetivo es poder marcar una equis en la casilla de  SÍ. Luego confiesan: "esa entrevista no tiene ningún sentido". Claro, si la haces una vez al año no tiene ningún sentido.
El cerebro necesita de las relaciones interpersonales para construirse. Si nunca me siento a charlar con mi jefe cómo se que es mi jefe. Cuando preguntas a un mando: "¿Cómo están tus colaboradores?" Casi todos hacen lo mismo: levantan el labio inferior sobre el superior, levantan las cejas y dicen: "supongo que bien". Es decir, no tienen ni repajolera idea. Eso sí, muchos contactos en Linkedin.
Leí en un libro que un emperador mongol quiso saber qué idioma hablaban los dioses. Tomó quince niños recién nacidos y los mandó a vivir aislados a las montañas con un matrimonio de sordomudos. A los diez años les mandó llamar.  Más de la mitad habían muerto, a pesar de los cuidados del matrimonio. El resto eran mudos. ¿Alguien está haciendo en las empresas un experimento parecido?
Besos y abrazos.

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