lunes, 13 de septiembre de 2010

COMIENZO DE CURSO


HOLA A TODOS:


Aquí estamos comenzando el nuevo "curso". Despacio, un poco asustados por si los cursos contratados se caen o se vuelven a retrasar. Uno de los problemas de las crisis es que todo cuesta mucho más. Conseguir cursos está más complicado que de costumbre. Seguimos empeñados en difundir cursos y productos del ámbito neurocultural en las empresas. No es fácil. Supongo que eso de neuro suena todavía a algo demasiado complicado. También es cierto que si el responsable de los recursos humanos o de las ventas son unos fanáticos del cerebro todo es mucho más fácil.


La experiencia nos dice que la perspectiva neuro aporta nuevos descubrimientos y da sentido a  muchas de las cosas que suceden en la empresa. Creo que es una perspectiva más, tampoco reivindico para ella una predominancia sobre otras perspectivas (interpersonal, económica, tecnológica...).


Así que este año seguiremos implantando acciones de neuromanagement en empresas y organizaciones. 


Gracias a los que leéis el blog. Dentro de poco os iré contando alguna cosa nueva en la que estamos trabajando, investigando.


Besos y abrazos.

lunes, 16 de agosto de 2010

MI CEREBRO Y YO

"Somos nuestro cerebro" clama Punset desde sus libros. Se lo expliqué a mi hija Isabel de catorce años y me respondió sin dudar: "Uf, que mal rollo". Me hace gracia esa gente que habla de cerebro y cuerpo... como si el cerebro fuera algo externo al cuerpo. Es una parte especial del cuerpo pero comparte con el resto de las partes de este muchas características. Después de una buena caminata quién no se ha dado un buen masaje en los pies para descansarlos. "Cuida de tus pies y ellos cuidarán de ti", dice un refrán. ¿Podremos decir lo mismo del cerebro? "Cuida de tu cerebro y el cuidará de ti". Creo que sí. La relación con nuestro cerebro, admitiendo la aseveración de Punset, debería ser importante para todos nosotros.
Creo que una primera aproximación es tener algunas nociones sobre cómo funciona el cerebro. Para esto las publicaciones divulgativas han hecho una labor excelente.
Lo segundo sería conocer nuestro cerebro, su dominancia y sus puntos fuertes y débiles. Para saber dónde meternos y dónde no. No para vivirlo con fatalismo: "mi cerebro y yo somos así". Tenemos que confiar más en la plasticidad cerebral y en la ley de Pareto (una mejora pequeña puede tener grandes consecuencias).
Lo tercero sería tener métodos para acceder y trabajar con la parte no consciente. En esto la meditación y la Programación Neurolingüística son de una gran ayuda.
El cerebro trabaja con atajos que pueden ser trampas a la hora de tomar decisiones. Por ejemplo el tema del anclaje. Deberíamos conocer las trampas y los antídotos. Muy recomendable el último libro de Matteo Montterlini ("Trampas Mentales". Paidós).
También la alimentación es una clave para cuidar el cerebro. La reducción de lo que comemos (si comemos en exceso), la eliminación del alcohol en cantidades dañinas o de otras drogas.
Pero no demos por supuesta la relación nuestra con nuestro cerebro. Ramachandran comenta que existe un área del cerebro que al manipularla (a través de campos magnéticos) se elimina  temporalmente la noción del yo. Por no hablar de las  teorías de Llinás que dejan al yo fuera de juego.
El Alzheimer nos demuestra de manera inmisericorde que el yo y mi cuerpo no son lo mismo porque el cuerpo sigue pero el yo desaparece.
Creo que está bien que cuidemos de la relación cerebro y yo aunque sepamos que es lo mismo. Me sorprendió mucho un ejercicio que consistía en imaginar que con nuestro dedo índice, hecho gigante, podíamos darnos un masaje en el cerebro a través del cráneo, recorriendo todos los lóbulos cerebrales. Es un ejercicio de lo más relajante. Probarlo, por favor.

Besos y abrazos

domingo, 18 de julio de 2010

¿CEREBRO DE VACACIONES?

Las vacaciones son para el ocio. Aunque con esto de la crisis tengo más ocio del que es conveniente. ¿Entrenas a tu cerebro cuando estás de vacaciones? Me preguntaron el otro día en una charla. Mi respuesta inmediata fue: "No". Con la coherencia que caracteriza la realidad respondí un poco más tarde: "Bueno, sí". Mi interlocutor puso cara de "¿en qué quedamos?" Creo que las vacaciones están para hacer cosas distintas. A pesar de que me gusta mucho mi trabajo. En verano hay otro ritmo -siesta incluida- otras conversaciones con amigos y clientes...
Ver la exposición de Turner me resultó impactante. Sobre todo un estudio pequeño sobre la luz de la luna. Me pareció atrevido, irreal y realista a la vez. Ganaba cuando cambiabas de perspectiva. Que gozo para la vista y, por lo tanto, para el cerebro.
Confieso que escuchar un requiem me relaja. Siempre he pensado que es una faena que en tu funeral no puedas escuchar una música que parece escrita para dar consuelo. Me encanta el de Cristóbal de Morales, por ejemplo. Creo que es un bálsamo para el cerebro dejarte llevar por esos paisajes emocionales que crea la música.
Al bañarme en el mar, uno que vive en Guadalajara y no sabe lo que es un remo, noto la sal limpiando la piel, la arena en los pies, el sol. Creo que mi cerebro percibe muchas sensaciones a las que tiene acceso de vez en cuando. Y me envía a la infancia y a un paisaje surrealista como el que aparece en ciertos sueños.
Al tomar una comida atrevida y sabia, en La Tasquita de Enfrente, las endorfinas se disparan y me parece ver el cerebro iluminado y lleno de carcajadas como un niño. Por no hablar de la líbido.
Rodeado de árboles y oxígeno, advirtiendo los matices de un mismo color, los juegos de sombras y luces. Me siento perdido entre tanta naturaleza. Siento olores antiguos y mi olfato reclama su presencia.
Cuando miro a mi mujer con ojos nuevos, consciente de que la admiro y de que mi mano la desea. Una sonrisa viene a mi cara y me hace más guapo... aunque la culpa es de ella.


En fin que de dar vacaciones al cerebro ni hablar. Le damos vacaciones cuando nos empeñamos en hacer todos los días lo mismo, en no dar una posibilidad a otras formas, una cierta sorpresa, cuando no me quito la máscara. Ahí sí que estoy dando vacaciones a mi cerebro. En el sentido más oscuro y perverso de la palabra.


Que tengamos unas buenas vacaciones. Besos y abrazos.

martes, 6 de julio de 2010

DECÁLOGO DEL CEREBRO EN LA EMPRESA 3.

Voy a terminar este decálogo que con los calores de junio no dan ganas de escribir nada. Que mi amigo pueda dormir tranquilo.

7. Cuide la comunicación a los dos hemisferios.  Cuando la empresa o un mando hacen cualquier tipo de comunicación a un grupo deben de tener en clave la dominancia cerebral. Muchos mensajes se lanzan sólo en clave numérica, apta para los hemisferios izquierdos pero imposible para los hemisferios derechos. Otros mensajes se centran en los ejemplos e historias y les sucede lo contrario. Los mensajes hay que enviarlos en diversas claves y dos de ellas son las dominancias cerebrales.

8. Si quiere I+D+i necesita del hemisferio derecho. La manía de jefes y seleccionadores de buscar colaboradores clónicos es agotadora. Se crean departamentos tan homogéneos que ya sabes cuáles son los aciertos y errores de todos sus colaboradores... y la perspectiva única con la que van a mirar todos los temas.
Muchas empresas quieren fomentar la I+D+i y se encuentran que desde el hemisferio izquierdo se puede innovar pero rara vez romper los esquemas y sorprender con algo muy novedoso. Si no cuentas con hemisferios derechos tus planteamientos serán correctos... pero sólo eso. La creatividad sale del desorden y del conocimiento "inútil". ¿Lo está fomentando en su organización?

9. Facilite el entrenamiento cerebral. Hacen falta cursos sobre metodología, sobre la aplicación del cerebro a la creatividad, al mando, a la negociación, a la venta. Estamos perdiendo una gran cantidad de recursos por empeñarnos en negar la neurocultura. No tenga miedo a ese tipo de cursos. Tendría éxito asegurado.

y 10. Prescindir de los mayores es prescindir de la sabiduría. Me asombra cómo las empresas prescinden de personas de más de cincuenta y cinco años con esa alegría. A la calle, a vivir del estado. Cuando están en condiciones de hacer grandes aportaciones por su conocimiento de la organización, por su falta de aspiraciones a puestos mayores, por su falta de miedo... Todos fuera. Y se dan situaciones de empresas que se han quedado amnésicas de su propia historia y de  parte de su tecnología. Viva la estupidez.

Y aquí termina este decálogo veraniego. Ojalá podáis aplicar algunas de las ideas.

Besos y abrazos.

domingo, 27 de junio de 2010

DECÁLOGO DEL CEREBRO EN LA EMPRESA 2.

Mi amigo me sigue apremiando para que continúe el decálogo. Me temo que no tiene mucho éxito. El fin de curso, cuando tienes tres hijos, se llena de actividades a las que asistir... si no quieres que le las echen en cara en el lecho de tu muerte. Así que en pequeños huecos sigo reflexionando sobre la manera de introducir el funcionamiento del cerebro en las organizaciones. Empresas incluidas, claro. 


4. Dar las órdenes teniendo en cuenta la dominancia cerebral de nuestro interlocutor. Tendemos a comentar lo que hay que hacer en nuestra propia dominancia cerebral... por eso es dominancia, claro. Pero lo lógico es identificar la dominancia de nuestro interlocutor y comentar la orden en un ochenta por ciento en la dominancia contraria. La razón es que la persona que recibe la orden la gestionará desde su propia dominancia y le costará ver la contraria. Si hablo con una persona cuya dominancia es el hemisferio derecho, tendré que decirle que tenga cuidado con los detalles, porque su cerebro no los tiene en cuenta. 


5. Disminuya al mínimo los "raptos amigdalíticos", es decir, para entendernos, los "cabreos monumentales". Ante una amenaza podemos reaccionar "subiéndonos por las paredes" gracias a la adrenalina que nos proporcionan las amígdalas. Pero los hemisferios frontales tiene la labor de calmar y racionalizar las situaciones. No salte disparado. Espere. Deje que la energía cerebral llegue al neocortex. Anticipe lo que puede ir mal y actúe antes de que su sangre se cargue de adrenalina.
Piense que los enfados hacen que su gente se mueva en clave de supervivencia y actúen desde la zona límbica. Además el jefe que chilla queda etiquetado como un energúmeno. Y es que lo es.


6. Ayude a los jefes más jóvenes. El cerebro se acaba de formar a los veinticinco años. Los lóbulos frontales son los últimos que se forman y controlan la empatía y las reacciones límbicas de nuestro cerebro. Un jefe joven tiene dificultades para medir los impactos de sus palabras. Le cuesta entender que la gente piense desde otros postulados y tener razón. Ponga un coach a aquellos jefes que sólo lleven seis meses o un año mandando. Se ahorrará grandes disgustos.


Nos quedan cuatro consejos más. Mi amigo tendrá que seguir esperando. 


Besos y abrazos

sábado, 12 de junio de 2010

DECÁLOGO DEL CEREBRO EN LA EMPRESA 1.

Me apremia un buen amigo para que escriba un artículo con un decálogo sobre cómo "implantar el cerebro en las empresas", según sus propias palabras. Evidentemente el primer pensamiento que viene a mi hemisferio derecho es que esto supone que el cerebro no está implantado en las empresas. Supongo que sí lo está, aunque la crisis nos deje sin respuestas.
Voy a hacer el decálogo que aparecerá en tres entregas a lo largo de junio... supongo. "El hombre hace planes y Dios se ríe"

1. Destierre el miedo de las empresas. Esos jefes que creen que el miedo es la mejor herramienta de management (¿creerán que management viene de dar con la mano?) provocan una empresa límbica. Empresas cuyas personas reaccionan desde el miedo y, por lo tanto, sólo atacan o huyen. Cuando existe un problema en este tipo de empresas el objetivo es... echar la culpa a otros. Cuando existe un problema en una empresa cortical el objetivo es... cómo vamos a solucionar este problema. Haga que su empresa utilice el neocortex y los resultados serán asombrosos.

2. Averigüe la dominancia cerebral de su empresa. Hay empresas formadas por personas de una sola dominancia cerebral (en un porcentaje muy alto). Son empresas de una sola perspectiva. Con unas visiones muy restringidas de la vida (y de sus clientes, claro). Da igual la dominancia, cuando es hegemónica siempre nos dará problemas.

3. Haga equipos heterogéneos. Es una consecuencia del punto anterior. Desde  el Comité de Dirección al último equipo de su empresa debe procurar que los equipos gocen de las dos dominancias. Que sean capaces de tener varias perspectivas de un mismo tema. Eso aumenta los recursos de los equipos y el entendimiento entre las direcciones y departamentos. La ausencia de este entendimiento es una de las peores y más frecuentes enfermedades de nuestras organizaciones.

Seguimos otros día.

Besos y abrazos

martes, 1 de junio de 2010

CEREBRO CONTRA INNOVACIÓN

Comentamos mucho lo bien que se le dan al cerebro la creatividad y la innovación, pero tendemos a olvidar que algunos órganos cerebrales no facilitan las nuevas ideas. No me refiero al cerebro izquierdo con el que me meto con demasiada frecuencia, si no a las amígdalas y al hipocampo. 
A las amígdalas les da por activarse en cuanto descubren algo nuevo. Es su función. Llenan el cerebro límbico de adrenalina y nos dejan dispuestos para pasar a la acción, sea un ataque o una huida. Por lo tanto las ideas nuevas suelen ser recibidas como si de un ataque se tratara. Un ataque a la identidad del que recibe una idea nueva. Supongamos que es usted experto en una versión de un programa que utiliza a diario en su trabajo. Un cambio de programa puede dejarle a cero. Ya no es un experto, ahora es un aprendiz. ¿Por qué creemos que eso debería gustarle a nuestras amígdalas?
El hipocampo, entre sus muchas funciones, tiene la de eliminar la información incoherente. La elimina enviándola a la memoria inmediata desde la que marcha al olvido. Pero es que una idea nueva es una idea incoherente, con lo que el cerebro la retiene lo mínimo indispensable. A veces las ideas innovadoras son muy sencillas y se las despacha con: "eso es una obviedad". Otra manera de eliminarlas.
El problema es que ambos órganos pertenecen a los corredores más rápidos del cerebro así que las ideas innovadoras mueren antes de que el neocortex pueda musitar un "¿por qué no?"
Besos y abrazos